Hace dos días estábamos cogidos de la mano,
sonriendo y riéndonos por nada, con solo mirarte, no podía parar de
sonreír.
Creía que mi vida estaba completa, que no faltaba nada, porque pensaba
que era imposible tenerle, a él. Así que me acostumbre a mi vida, sola, a
mi rutina, todos los días iguales. Pero ahora es diferente, todo ha
cambiando. Quíen me iba a decir a mi que dos palabras cambiarían mi
mundo. Eso han echo, cambiar mi mundo. Y ahora estoy aquí, sentada en el
asiento de un tren, sola, fría y llorando, las lágrimas cayendo como
pájaros sin alas, estrellándose contra las mangas de mi camiseta. No
puedo parar de pensar en tus besos y abrazos, tus caricias, nuestras
miradas. Miradas que ahora no llegarán a su destino, porque solo tengo
fotos para que se estrellen mis sonrisas cada vez que las veo... vistas
mil y una veces, pero no importa, porque en las fotos sonríes y eso me
encanta, no sé cómo, pero saber que sonríes gracias a mi me hace la
persona más feliz del mundo ¿sabes?...
Me he enamorado de cada día a tu lado, de cada momento y da igual que
sea triste o alegre porque sé que tendremos momentos parecidos, pero
nunca iguales y quiero grabármelos en mi mala memoria uno a uno, con
todos los detalles posibles. Y sé que pasará mucho tiempo hasta que
pueda grabar en mi memoria más momentos contigo. Pero me da igual, ahora
solo quiero exprimir esos momentos en mi memoria, una y otra vez...
hasta dejarlos secos.
Con mi nudo en la garganta, mis ojos llorosos y mi mente que vuela hacia a ti, siempre hacia a ti.
Ya estoy viendo como por las ventanas el campo empieza a moverse, me
voy, sé que ya estas lejos, que no puedo volver, siento que el nudo en
mi garganta aumenta.
Y cuando llego a mi casa, lo siento todo extraño, te necesito, aquí y
ahora, en este mismo momento para que me abraces por detrás y me digas
lo mucho que me quieres, que me beses, pero sé que eso no puede ser, así
que dejo la maleta y me tumbo en la cama, cierro los ojos y veo tu
cara, cuando estamos juntos, me miras sonriendo, esa mirada, que sabes
que me pone nerviosa, después veo tu cara en la estación a punto de
llorar y alejándote, como todas las demás veces...
Aún con todas las cosas malas que tiene nuestra relación, yo siempre me
quedaré con las cosas buenas, que son infinitamente mejores y cada vez
lo son más.
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